Entre esquinas y adoquines
La ciudad, matriz de nuestro andar urbano, por la que se graba nuestro transitar y nuestra memoria personal, es tema fotográfico por excelencia de grandes de la fotografía documental. Pero es también reflejo inevitable de la identidad personal de aquél que fotografía.
Cartier-Bresson, William Klein, Robert Frank, Martin Parr, Garry Winogrand, construyeron imágenes que se arman desde la anécdota de la interactividad de sus habitantes hasta el registro implacable de la cultura, marcada por su devenir histórico. O bien, retratan socialmente a quienes ostentan el poder o a quienes viven en sus bordes. Todo converge en este espacio que a todos y todas nos es tan conocido, pero que tan a menudo nos sorprende por su incesante mezcla, como un eterno híbrido que nunca termina de proclamar su grito existencial.
Las fotografías que forman parte de esta muestra, nos hablan desde esa voz personal y colectiva, de este espacio de seres que sobreviven, recorriendo sus calles en busca de una pertenencia, a veces tan esquiva.
Los inmigrantes peruanos de Javiera Gandarillas, nos recuerdan el oscuro camino de quienes deciden encontrar un lugar nuevo en donde albergar sus ilusiones. A través de un blanco y negro severo, recorremos el viaje interior y exterior de extranjeros que permanecen en el umbral de dos espacios en conflicto.
El viaje de Fabián España por la ciudad, es el de un fotógrafo solitario, atento a los detalles e instantes del despertar cotidiano. Sus imágenes son el espejo de quien pretende descubrirla y delatar las pequeñas historias individuales de siluetas acariciadas por la neblina invernal, que se van tejiendo entre las líneas del destino y los trazados de sus calles.
Daniel Castro, en cambio, nos traslada hacia la colectividad de la complicidad construida sobre la base del despojo. Una comunidad de hombres ajenos a la pulsación del poder oficial, que comparten entre la luz, la sombra y el calor del vino la vida marcada por la voracidad de la existencia.
Santiago de la Nueva Extremadura es dura y extrema como toda ciudad capital, pero la amamos por su desgarro y sinceridad. Agradecemos entonces que estos jóvenes fotógrafos nos la devuelvan, reinventada, a través de sus miradas atentas, porque nos sitúan sin concesión en el centro de su vitalidad.
Javiera Gandarrillas
Daniel Castro
Fabián España
